viernes, 13 de julio de 2012

THE LINEAR MOURNING


¿Qué queda cuando el agua desaparece? Existen rastros de su curso, ¿Algún trauma del destierro?Para algunos, allá dónde una vez corrieron aguas siempre quedarán las huellas de su fuido. Hemos sido capaces con el transcurso del tiempo de separar el agua de su curso natural, de modificar su paso, transformar su apariencia. Y así moldeando el territorio creamos lugares que antes no existían, contenedores mutantes en tiempo y lugar. Existen ciudades inimaginables sin su río. ¿Qué sería París sin su Sena? Es el caso de Valencia, su imaginario no puede desligarse de su cauce, que aún sin agua, es el contenedor y contenido de cuantas apropiaciones puedas esperar. Y es que el lugar se hace con el uso. Algunos bajan al río a caminar en línea (ahora en verano allí la ciudad es más fresca), otros para reunirse en un banco o correr detrás del balón. Los deportistas se acumulan cuando cae el sol, otros se tumban a la sombra, bajo un árbol o un puente. Se escuchan músicas, se encuentran tesoros, revives recuerdos. Allí casi es inagotable la sorpresa, y la calma también. ¿Cómo se retrata un lugar tan particular? Sin duda el agua sigue presente con el flujo de gente que decide bajar al río y recorrerlo. Se trata quizás de una suerte de luto lineal en recuerdo del agua que una vez estuvo allí.
E.G.
                                       
                                                                         ¿Dónde estamos?
                                                                                  Aquí:

                                                                       the Linear Mourning





fotogramas de The Linear Mourning (Erwin Souveton + Ester Giménez Beltrán)