Si pensamos que la distancia más corta entre dos puntos es una línea recta no siempre estaremos en lo cierto. Demasiado tarde. Aunque, acostumbrados a un aplastante sistema espacial euclidiano, no podríamos imaginar otra forma de recorrer ese trayecto con facilidad. Sin embargo, parece que sumergidos en el espacio digital las distancias se desmaterializan, y lo tangible se convierte en un recuerdo. El espacio virtual configura otros lugares dónde, no sólo los espacios se multiplican, si no que las identidades se reinventan. ¿Entonces, cuál es la distancia entre dos puntos? Fuera de los parámetros concretos a los que estábamos habituados, los espacios se extienden lejos de nuestro sistema de percepción cotidiano. El equipo creativo de LUST lab utiliza los medios digitales para plantearnos cómo se pueden reubicar esos puntos en el espacio urbano cuando navegamos virtualmente. El resultado: ciudades dentro de ciudades. Usando soportes de paneles publicitarios, mobiliario urbano demasiado habitual, webcams y espejos, en su proyecto Urban Echo nos tropezamos con lugares lejanos, dentro de nuestro espacio público. Las posibilidades se multiplican y crecen lugares en el escenario tangible que nos rodea. Las webcams nos permiten ver en la lejanía y los espejos reflejan nuestro presente. Ahora podemos estar en otro lugar sin tocarlo. Los ecos de esas ciudades podrían ser recuerdos visibles, espacios en pantalla dónde, nosotros reflejados, ya no estamos dónde estábamos.
E.G.
E.G.
Imágenes: lustlab.net
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