sábado, 7 de abril de 2012

SEGUIR LOS PASOS


Descubrir una ciudad a través del caminar es una experiencia que muchos hemos emprendido en diferentes ocasiones. A veces para mostrarla, a veces para perdernos, en línea o descubriendo escondrijos. Experimentar las rutas sin mapa, acompañado o solo, siempre es una buena forma de conocer una ciudad. Contar la ciudad siempre nos permite volver a descubrirla, nunca es la misma ciudad, todo depende de quien la mire y quien la escuche. A veces seguimos el rastro, pasos que antes caminamos queriendo reencontrar lo que tuvimos alguna vez, mirando una ventana, descubriendo un balcón o saludando a través de una vitrina. Otras veces evitamos caminos conocidos para no tropezar con la rutina y reinventamos rutas. ¿Cómo veremos nuestra ciudad dentro de unos años?¿Cómo pasearemos la ciudad entonces? Seguro que necesitaremos más bancos, seguro que nos sentaremos para descansar en los que nos ofrezca el camino. Incluso es probable que nos acomodemos en ellos para poder conversar. A cualquier edad, disfrutar de un buen banco, aunque sólo sea para ver el tiempo pasar, puede ser un buen momento del día. Corredores descansando, turistas tomando el sol, amantes besándose, otros leyendo el periódico, niños comiendo pipas, hombres y mujeres esperando algo o nada, todos lo hemos hecho alguna vez. A veces los bancos no están dónde quisiéramos, o simplemente no están. Otras veces son demasiado estrechos, y al no caber nadie más te resignas a no poder mantener una buena conversación, allí sentado en tu banco. Muchas veces son los grandes olvidados, y es que un banco determina un estar en la calle, una comunicación, el disfrute o no de un lugar. A veces los pensamientos sentados en la calle son un golpe de aire fresco, por eso muchos sacan las sillas sin pudor. Seguir los pasos de alguien te hace también descubrir las carencias en el espacio de la ciudad, algunas antes habían pasado desapercibidas. Eso ha sido lo que se han planteado Luke Pedersen, Jenny Pedersen, Kirsty Rielly, Jess Pedersen y Katherine Spindler, finalistas del concurso Your Street organizado por Design Indaba para Ciudad del Cabo. Siguiendo los pasos de una mujer de 89 años, el proyecto Violet’s walk propone un recorrido por su ruta diaria dónde se incluyen bancos plegables para la espera y el descanso en el camino. A veces un gesto es suficiente para reactivar un lugar, para reconocer a través del otro lo que se nos había olvidado.
E.G.




Imágenes del proyecto Violet's Walk


Si os interesa el proyecto:



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